Ficha bibliográfica
Título: Moby Dick
Autor(a): Herman Melville
Nacionalidad: Estadounidense
Editorial: Debolsillo
Fecha de publicación: 1851
Saga: No
Páginas: 704
Género: Novela
Sinopsis de la editorial
A través de este clásico, Melville logra convertir la historia de la caza de un cachalote en toda una metáfora sobre la condición humana y sus conflictos. Moby Dick, la novela que William Faulkner hubiera querido escribir, va siempre acompañada del reconocimiento y el elogio que merece toda construcción narrativa impecable. La lucha del capitán Ahab, su terrible obsesión y la mítica persecución de la enorme ballena ha traspasado fronteras, consiguiendo así la indiscutible categoría de obra maestra de la literatura universal.
Opinión personal (sin spoilers)
Termino esta semana de reseñas diarias comentando una novela colosal, cuya lectura emprendí porque es, desde siempre, una de las favoritas de mi padre. Mi confianza en su gusto literario es extrema, y si no me había animado a leerla antes era porque su extensión me atemorizaba un poco. Hace pocos meses di el paso final y justo al poco de empezar el confinamiento, en marzo, leí su última página.
Así empieza esta novela cuya trama, curiosamente, al contrario que para la gran mayoría de gente, por lo que se ve, me era totalmente desconocida. Lo único que sabía es que había una ballena involucrada. Por ello me considero afortunada, porque he podido disfrutar de todos sus acontecimientos con la ignorancia e ingenuidad de un niño, pero incluso si os han contado su final os la recomiendo efusivamente.
Moby Dick es una señora novela. No solo nos cuenta la historia de la caza del temible cachalote, sino que esta funciona como excusa para indagar en la naturaleza humana a través de los conflictos y reflexiones de sus personajes. El libro está narrado por Ismael que, como nosotros, emprende su primer viaje a bordo de un ballenero, y que resulta ser un narrador más que minucioso: gracias a él no solo conoceremos las vicisitudes que comprenden esta aventura sino también nos empaparemos de información sobre la biología, historia, imagen cultural, caza, etc., de la ballena. De este modo Melville confiere un volumen que es más que una historia; es una historia de historias, una enciclopedia, una novela completa ambiciosa y muy bien lograda.
Quizá todo pensemos en la ballena al recordar este título, pero si uno navega entre sus páginas comprende que el verdadero protagonista (y a la vez hérore y villano) es Ahab. Su cólera, su odio y su locura son los que arrastran a toda la tripulación a la compulsiva búsqueda de Moby Dick, una búsqueda que se confunde con otra, innegable y vital, una investigación del sentido de la vida. El viaje del ballenero Pequod está cargado de simbolismo, donde bajo la historia principal subyace otra, más sutil, que el lector lee entre líneas e interpreta a su manera. También acompañan a lo largo de los capítulos las cuestiones de la religión, la lucha de clases o el racismo, y el extenso mar que refleja la misma alma humana.
El estilo del autor es igualmente espléndido. Sus descripciones, su literacidad, su poesía; a uno le parece oler el mar entre sus páginas. Hay partes algo densas, quizá incluso anodinas para algunos, pero supuran asimismo tal nivel de meticulosidad y sensibilidad, que resultan igualmente un placer para cualquier lector. Yo leí el libro en su idioma original, cosa que recomiendo, pero reconozco que es algo atrevido, y sin lugar a dudas uno de los retos lingüísticos más notables a los que me he enfrentado.
No me extraña que se considere un clásico de la literatura universal, más aun cuando uno sabe la gran cantidad de escritores a los que esta novela ha inspirado. Sin duda Moby Dick es de lectura obligada.
Pueden ustedes llamarme Ismael.
Así empieza esta novela cuya trama, curiosamente, al contrario que para la gran mayoría de gente, por lo que se ve, me era totalmente desconocida. Lo único que sabía es que había una ballena involucrada. Por ello me considero afortunada, porque he podido disfrutar de todos sus acontecimientos con la ignorancia e ingenuidad de un niño, pero incluso si os han contado su final os la recomiendo efusivamente.
Moby Dick es una señora novela. No solo nos cuenta la historia de la caza del temible cachalote, sino que esta funciona como excusa para indagar en la naturaleza humana a través de los conflictos y reflexiones de sus personajes. El libro está narrado por Ismael que, como nosotros, emprende su primer viaje a bordo de un ballenero, y que resulta ser un narrador más que minucioso: gracias a él no solo conoceremos las vicisitudes que comprenden esta aventura sino también nos empaparemos de información sobre la biología, historia, imagen cultural, caza, etc., de la ballena. De este modo Melville confiere un volumen que es más que una historia; es una historia de historias, una enciclopedia, una novela completa ambiciosa y muy bien lograda.
A cambio de dinero, suministraba a los marineros el delirio y la muerte. Los vasos en que vierte sus venenos son abominables.
Quizá todo pensemos en la ballena al recordar este título, pero si uno navega entre sus páginas comprende que el verdadero protagonista (y a la vez hérore y villano) es Ahab. Su cólera, su odio y su locura son los que arrastran a toda la tripulación a la compulsiva búsqueda de Moby Dick, una búsqueda que se confunde con otra, innegable y vital, una investigación del sentido de la vida. El viaje del ballenero Pequod está cargado de simbolismo, donde bajo la historia principal subyace otra, más sutil, que el lector lee entre líneas e interpreta a su manera. También acompañan a lo largo de los capítulos las cuestiones de la religión, la lucha de clases o el racismo, y el extenso mar que refleja la misma alma humana.
Existen empresas en las cuales el verdadero método lo constituye un cierto y cuidadoso desorden.
El estilo del autor es igualmente espléndido. Sus descripciones, su literacidad, su poesía; a uno le parece oler el mar entre sus páginas. Hay partes algo densas, quizá incluso anodinas para algunos, pero supuran asimismo tal nivel de meticulosidad y sensibilidad, que resultan igualmente un placer para cualquier lector. Yo leí el libro en su idioma original, cosa que recomiendo, pero reconozco que es algo atrevido, y sin lugar a dudas uno de los retos lingüísticos más notables a los que me he enfrentado.
El gran leviatán es la única criatura del mundo que irrevocablemente debe quedar sin ser pintada.
No me extraña que se considere un clásico de la literatura universal, más aun cuando uno sabe la gran cantidad de escritores a los que esta novela ha inspirado. Sin duda Moby Dick es de lectura obligada.
¡Holaaa!
ResponderEliminarPues este es uno de esos clásicos que tengo suuuper pendientes, pero que me dan bastante respeto jajaj
Me gusta eso de que el viaje sea una excusa para indagar en la naturaleza humana y que esté tan lleno de simbolismo, creo que puede dar mucho de sí.
¡muchos besos!
PD: la reseña te ha quedado preciosa.