jueves, 7 de mayo de 2020

Reseña literaria: Intemperie

Ficha bibliográfica





Título: Intemperie
Título original: Intemperie
Autor(a): Jesús Carrasco
Nacionalidad: Española
Editorial: Seix Barral
Fecha de publicación: 2013
Saga: No
Páginas: 224
Género: Novela




Sinopsis de la editorial

Un niño escapado de casa escucha, agazapado en el fondo de su escondrijo, los gritos de los hombres que lo buscan. Cuando la partida pasa, lo que queda ante él es una llanura infinita y árida que deberá atravesar si quiere alejarse definitivamente de aquello que le ha hecho huir. Una noche, sus pasos se cruzan con los de un viejo cabrero y, a partir de ese momento, ya nada será igual para ninguno de los dos.

Intemperie narra la huida de un niño a través de un país castigado por la sequía y gobernado por la violencia. Un mundo cerrado, sin nombres ni fechas, en el que la moral ha escapado por el mismo sumidero por el que se ha ido el agua. En ese escenario, el niño, aún no del todo malogrado, tendrá la oportunidad de iniciarse en los dolorosos rudimentos del juicio o, por el contrario, de ejercer para siempre la violencia que ha mamado.

A través de arquetipos como el niño, el cabrero o el alguacil, Jesús Carrasco construye un relato duro, salpicado de momentos de gran lirismo. Una novela tallada palabra a palabra, donde la presencia de una naturaleza inclemente hilvana toda la historia hasta confundirse con la trama y en la que la dignidad del ser humano brota entre las grietas secas de la tierra con una fuerza inusitada.

Opinión personal (sin spoilers)

Hacía tempo que quería leer esta novela, que mis padres me habían recomendado encarecidamente. Finalmente la leí en un momento en el que necesitaba un respiro de lecturas en inglés, y fue una decisión acertada. La terminé en una tarde.

Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar. Berreos como jaras calcinadas. Tumbado sobres un costado, su cuerpo en forma de zeta se encajaba en el hoyo sin dejarle apenas espacio para moverse.

Jesús Carrasco nos ofrece una historia sencilla: todo empieza con un niño que huye de su pueblo, su familia y sus habitantes, especialmente del alguacil y sus ayudantes. En su huida se encuentra con un viejo cabrero, con quien convivirá durante su viaje hacia el norte, buscando refugio de sus perseguidores, sus terribles recuerdos y el hostil, extenso y árido páramo que deben cruzar.

Pensó que se encontraba en el lugar más alejado del pueblo en el que había estado en toda su vida. Lo que se extendía frente a las plantas de sus pies era para él, sencillamente, tierra incógnita.

La novela es muy honesta, y desestima todo aquello que carece de importancia, ya que no conocemos nombres ni fechas ni lugares. Quizá por eso su mensaje es más sobrecogedor, pues todos sus actos se elevan a un plano más trascendente, prácticamente concediendo a este libro la calidad de alegoría, señalando en cada paso lo mejor y peor de la naturaleza humana. Así pues, la novela es cruda y devastadora, con pasajes que se leen incluso con cierta ansiedad, y está envuelta en un halo de aridez,  potenciada por la presencia de esta tierra seca que oprime casi tanto como la autoridad y que es sin duda un personaje más del libro.

Los buitres y los cuervos, que pronto llegarían, terminarían formando una columna que se vería a muchos kilómetros de distancia. Un tornillo volador con su algarabía de plumas negras sobre la tierra polvorienta.

El lenguaje del autor, por si fuera poco, es soberbio. Su grado de lirismo y precisión léxica es brillante, y para nada pomposo, pues su finalidad no es tanto literaria como descriptiva e incorporada en la historia. Mi impresión al leerla fue la de un redescubrimiento de mi propia lengua, hilada de modo magistral con la sensación de inclemencia del relato. Cuesta creer, por su madurez, que este fuera el debut literario de Carrasco.

Hubo un tiempo en que el llano era un mar de cereales. En los días ventosos de primavera, las espigas se revolvían igual que la superficie del océano. Olas verdes y fragantes a la espera del sol del verano.

Pocos meses antes yo había leído La carretera de McCarthy, novela que disfruté y que, con razón, se compara normalmente con esta, por la desolación del paisaje y de la moralidad humana que ambas destilan. Pero, y aquí quizá me arriesgo a ser criticada, me parece que Intempere es una versión mejorada de La carretera. En mi opinión la segunda no solo trata de un viaje, físico y personal, y se centra en la integridad del ser humano, sino que también tiene un cierre, todo se justifica con una historia. Los acontecimientos se encadenan y culminan, agregando fluidez y encanto al relato.

Luego volvió a la puerta y allí permaneció mientras duró la lluvia, mirando cómo Dios aflojaba por un rato las tuercas de su tormento. 

En definitiva, tanto a nivel formal como de fondo este libro es sugerente y cautivador. Su historia no solo se lee linealmente por sus hechos, sino que intuye un retrato mucho más profundo de miseria y hostilidad, pero también, insospechadamente, de la más pura nobleza.


¡Hasta la próxima, biblioviajeros!

No hay comentarios:

Publicar un comentario


¡Gracias por comentar!
- Eres libre de decir lo que quieras, siempre y cuando seas respetuoso
- No se aceptan comentarios íntegramente de "spam"
Dicho esto, nos leemos.