domingo, 3 de mayo de 2020

Reseña literaria: Jane Eyre

Ficha bibliográfica




Título: Jane Eyre
Título original: Jane Eyre
Autor(a): Charlotte Brontë
Nacionalidad: Británica
Editorial: Alianza Editorial
Fecha de publicación: 1847
Saga: No
Páginas: 656
Género: Novela, clásico




Sinopsis de la editorial

Dueña de un singular temperamento desde su complicada infancia de huérfana, primero a cargo de una tía poco cariñosa y después en la escuela Lowood, Jane Eyre logra el puesto de institutriz en Thornfield Hall para educar a la hija de su atrabiliario y peculiar dueño, el señor Rochester. Poco a poco, el amor irá tejiendo su red entre ellos, pero la casa y la vida de Rochester guardan un estremecedor y terrible misterio.

Opinión personal (sin spoilers)

Después de ver la adaptación de Orgullo y prejuicio de 1995 de la cadena BBC (dos veces) me apeteció leer algún otro romance de época. Compré una colección preciosa de las novelas de Jane Austen pero a su vez quise apartarme un poco de la autora y tantear nuevos terrenos. No fui demasiado original escogiendo Jane Eyre, pero llevaba mucho tiempo queriendo leer este clásico. No me decepcionó en absoluto.

El interés del oyente aviva la lengua del narrador.

Este libro nos narra la vida de Jane Eyre, a quien conocemos de pequeña, cuando vive con su antipática tía y sus primos, y con quien compartimos sus años de infancia y adolescencia hasta que su vida se entrelaza con la del señor Rochester. Los personajes y las relaciones que se establecen entre ellos tienen un peso esencial a lo largo de la trama. Es cautivador observar cómo todos ellos se equilibran, cómo sus diálogos se conectan y traspasan el papel. Además, como todo lo vemos a través de los ojos de la protagonista, es inevitable sentir una conexión especial con ella. Jane es una mujer racional, leal y con un código moral que a veces le confiere, eso sí, un aire algo sermoneador. De todos modos su temple y su bondad la hacen admirable, y definitivamente teniendo en cuenta el contexto social en el que vive una no puede sino aplaudir su consciencia individual y su deseo de vivir por y para sí misma. Entiendo cuando dicen que esta novela es, de algún modo, una precursora del feminismo actual. Y es imposible, después de todo lo que vives con Jane, no amarla.

Las leyes y los principios no son solo para los momentos que están libres de tentaciones, sino para momentos como este, cuando el cuerpo y el alma se amotinan contra su rigor. Cuanto más severos me parezcan, menos debo violarlos. Si pudiera olvidarlos por mi propia conveniencia, ¿qué valor tendrían?

Como también es imposible no amar la historia. Brontë teje magistralmente este relato, dotándolo, como es usual en estas novelas de época, de una emotividad palpable: el amor, el afecto, el odio, la locura, la pena, todo se expresa y se siente de un modo superlativo, pero sin llegar a ser ni sentimentalista, ni cursi ni superficial. El libro también explora el conflicto entre la independencia y el amor, entre la razón y la pasión; así como la autoestima y la crítica social. Es interesante pensar hasta qué punto nos debemos, o mejor dicho, nos condicionamos, por lo que pensamos que es nuestro deber. Hasta qué punto priorizamos lo artificioso sobre nuestro propio ser. También es interesante preguntarse qué estamos dispuestos a sacrificar por amor, si se puede justificar supeditar nuestra libertad a nuestros sentimientos, si puede haber desigualdad a pesar de que se ame incondicionalmente. Brontë indaga en estas cuestiones con mucha gracia y naturalidad.

Por suerte, la mente dispone de un intérprete -a menudo inconsciente, pero fiel- en la mirada.

No puedo cerrar esta entrada sin alabar la maravillosa capacidad de esta escritora para comunicar. Leer Jane Eyre en su idioma original puede ser una tarea algo árdua al principio pero el esfuerzo vale la pena. La novela está repleta de descripciones de sus personajes y de sus paisajes, dibujadas brillantemente. El estilo es cuidado, elocuente y poético. Reposado a momentos, ardiente en otros. A causa de la narración en primera persona, también es íntimo. Si hay algo que objetar es que, a veces, por su profundidad y su carga, el lenguaje impide una lectura fluida y cómoda. A veces cuesta dejarse llevar por sus palabras.

El convencionalismo no es moralidad. La justicia propia no es religión. Atacar al primero no es atacar al último. Arrancarle la máscara de la cara del fariseo, no consiste en levantar una mano impía a la Corona de Espinas. Estas cosas y los hechos están diametralmente opuestos: son tan diferentes como lo es el vicio a la virtud. Los hombres también suelen confundirlos: no deberían confundirse: la apariencia no debe ser confundida con la verdad.

Me parece que todo lector debe atreverse con este libro en algún momento de su vida. Estoy convencida de que os enganchará, porque la historia está repleta de sucesos imprevisibles. Su estilo es una delícia, y sus tesis, por su humanidad y su universalidad, no pueden dejar indiferente a nadie. Leedla si buscáis una historia de amor, pero una historia de amor real y bien contada. Leedla también aunque no os interese el romance, porque este libro es mucho más que eso: es la búsqueda y la lucha de una mujer por descubrir su identidad y su lugar en el mundo.

Yo no soy un ángel, señor -aseguré-. Y no llegaré a serlo hasta que me muera. Soy solo yo... No busque en mí nada celestial, porque no lo hay; como tampoco lo hay en usted, ni yo lo espero.


¡Hasta la próxima, biblioviajeros!

2 comentarios:

  1. ¡Holaaa!

    Te ha quedado genial la reseña ^^
    Yo leí Jane Eyre hace ya bastante y recuerdo que me gustó mucho, aunque si tengo que elegir me quedo con Cumbres borrascosas. De todas formas ha pasado tanto tiempo que lo tengo un poco olvidado y quiero releerlo.

    ¡muchos besos!

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  2. ¡Hola! ¡Qué alegría verte de nuevo por aquí! :D
    Tengo pendiente desde hace tiempo a las hermanas Brontë, pero me da un poco de respeto adentrarme en su lectura. Desde luego, por lo que comentas "Jane Eyre" merece totalmente la pena, así que espero animarme pronto con ella.
    ¡Besos!

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