lunes, 3 de marzo de 2014

Reseña literaria: Aquí yacen dragones

Prometí que volvería cuando terminaran mis trimestrales y aquí estoy. Dejaré la segunda entrega de Olvidados para más tarde, eso sí, porque no me gusta publicar una serie toda seguida. Vamos a variar, y os traigo una novela de relatos cortos. Si no me equivoco, la primera de la que os hablo en mi blog.



Fernando Leon de Aranoa es el autor de la novela, pero más que por sus libros -básicamente porque este es el único- es conocido por sus películas. Sí, estamos delante de un director de cine, del cual yo aun no he visto nada, aunque me lo ha recomendado más de uno. ¿Cómo es que ha escrito un libro así, entonces? Según el prólogo, esta es una recopilación de cuentos que se le acudían en el tren, en salas de espera, en cualquier sitio. La temática es variada -siempre de ficción-, que va desde el amor, desamor, muerte, enfermedad a cosas como el turismo, y todos los cuentos son muy cortos. El más largo será de 7 páginas, la media es de 2 y el más corto sólo tiene una línea. Imaginaos, 113 historias en 200 páginas.

Aunque Aranoa no sea escritor, no penséis que escribe mal. Al contrario, me ha sorprendido gratamente. Tiene un estilo muy personal, fácil, claro, tierno. Sus historias están llenas de ironía, de fantasía -no a lo Harry Potter, por dios, no me malinterpretéis-. Hay cuentos para pasar el rato, cuentos para reírse y cuentos realmente inspiradores para reflexionar. Aranoa los combina de tal manera que tengas lo que necesitas en cada momento... es espectacular.

El autor

Yo soy una gran fan de los libros de relatos, así que os lo recomendaré, sobre todo si buscáis algo ligero,  perfecto para leer en el metro -si, como yo, odiáis quedaros entre párrafo y párrafo en un libro-, o en esos días en que estás cansado y quieres relajarte con un libro sencillo. Como mínimo a mí me sirve para eso. Y se lee muy rápido, yo tardé menos de un día en terminarlo. Y era escolar. 

En resumen, leedlo. No os lo perdáis. Además los cuentos tienen algunos guiños -que ya veréis- que son muy divertidos. Hay incluso tres que son la misma línea argumental.
Os dejo aquí uno de los más cortos que me robó una sonrisita:
EL ERROR DE ARQUÍMEDES
La pequeña Masha, sumergida a media tarde en la bañera, con jabón y patitos de colores, desaloja una cantidad de agua por el suelo del cuarto de baño muy superior al volumen de su pequeño cuerpo.
¡Hasta la próxima, biblioviajeros!

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