Esta sección es original del blog Estantería compartida de Ro y Sargow. Consiste en que todos los blogs inscritos en la iniciativa deben recomendar un libro acorde con un tema que ellas propongan. Se hace cada dos semanas.
El tema de hoy es muy pero que muy interesante. Pienso que muchas veces miramos autores españoles o americanos y parece que nos olvidemos de algunos grandes escritores europeos. ¡A ver si esta cadena de libros nos abre los ojos a muchas obras estupendas de autores de Europa!
Apunte: se debe escoger un libro de un autor europeo pero no español.
Ro nos recomienda Contra el viento del norte y Sargow, La verdad sobre el caso Harry Quebert. No he leído ninguna de las dos novelas, pero sí que las conozco. Quizá algún día las lea (¿me las recomendáis?), pero ahora mismo tengo demasiados libros pendientes...
En mi caso os traigo un libro que todavía no he reseñado en el blog pero que espero hacerlo pronto, pues me obligará a releerlo. Es una de las primeras novelas adultas que leí, gracias a una recomendación de mi madre, y es asombrosa.
El último encuentro de Sándor Márai
La búsqueda de la verdad como fuerza liberadora, como soporte ético imprescindible para sobrellevar el transcurso de una vida, está en el centro de esta novela magistral, que tras permanecer en el olvido durante más de cincuenta años fue rescatada por la prestigiosa editorial italiana Adelphi y se colocó rápidamente en el primer puesto de las listas de libros más vendidos de Italia. La tremenda exactitud de su prosa, apenas atemperada con un barniz de refinada melancolía, unida a la vigencia de sus propuestas morales, sitúa a Sándor Márai entre los grandes escritores europeos de este siglo. Un pequeño castillo de caza en Hungría, al pie de los Cárpatos, donde alguna vez se celebraron elegantes veladas y cuyos salones decorados al estilo francés se llenaban de la música de Chopin, ha cambiado radicalmente de aspecto.
El esplendor de antaño ya no existe, todo anuncia el final de una época. Dos hombres mayores, que de jóvenes habían sido amigos inseparables, se citan a cenar tras cuarenta años sin verse. Uno ha pasado mucho tiempo en Extremo Oriente, el otro, en cambio, ha permanecido en su propiedad. Pero ambos han vivido a la espera de este momento, pues entre ellos se interpone un secreto de una fuerza singular. Todo converge en un duelo sin armas, aunque tal vez mucho más cruel, cuyo punto en común es el recuerdo imborrable de una mujer. La tensión aumenta, línea tras línea, hasta que se hace casi insoportable, pero la prosa continúa, implacable, precisa, fiel reflejo del empeño de los protagonistas por hurgar hasta en lo más recóndito de sus almas, allí donde se encuentran esas verdades cuyo descubrimiento provoca, al mismo tiempo, un insoslayable dolor y un incontenible impulso vital.
De hecho creo que ya he recomendado este libro en otra cadena de libros, pero, ¿qué importa? Vale mucho la pena.
Sándor Márai fue un escritor húngaro con una vida complicada. De joven era reconocido en su país, pero tuvo que fugarse con la llegada del régimen comunista en Hungría, que además prohibió sus obras. Cuando el comunismo fracasó y la figura de Márai resurgió del olvido en el que había caído, su mujer ya había muerto pocos años atrás y a él le acababan de decir que debía vivir el resto de su vida ingresado en un hospital. Se pegó un tiro en la cabeza en 1989.
Solo he leído esta novela suya, y es espectacular. La historia es sorprendentemente simple: dos amigos se vuelven a encontrar después de muchos años y algunos problemas. Este encuentro es un punto crucial en ambas vidas y busca solo una cosa: la verdad. El último encuentro es una novela sobre el amor, los secretos, la amistad y la inevitabilidad, precisamente, de algunos encuentros.
No quiero desvelar demasiado de la obra ni de mis impresiones porque planeo reseñarla algún día. Solo diré que los personajes están perfilados magistralmente y Sándor Márai tiene un estilo fluido y casi poético que me encantó.
¡Hasta la próxima, biblioviajeros!
No conocía el libro del que hablas, pero sí a Joël Dicker por El caso de los Baltimore, aunque debo decir que me decepcionó un poquillo.
ResponderEliminarBesos