Cadena de libros #8 - Libros en inglés

Esta sección es original del blog Estantería compartida de Ro y Sargow. Consiste en que todos los blogs inscritos en la iniciativa deben recomendar un libro acorde con un tema que ellas propongan. Se hace cada dos semanas.

Llego un poco tarde con la cadena de libros de la semana, pero estaba de vacaciones y se me pasó, así que la hago ahora. Esta vez el tema es recomendar un libro en inglés, que se haya leído o se quiera leer, ya que últimamente está muy de moda leer en esa lengua (entre otras cosas, porque es barato). Las instrucciones de la semana son decir si el libro se ha leído o se quiere leer, indicar el nivel de inglés necesario para leerlo y decir si está disponible en español.

Ro nos recomienda Amy & Roger's Epic Detour, y Sargow nos habla de We were liars. Ambos tienen una pinta estupenda. El primero lo conocía y lo tengo pendiente. El segundo no lo había visto nunca, pero me llama bastante.

Por mi parte, justamente uno de los últimos libros que he leído es en inglés. Me encanta leer en ese idioma porque me va bien para practicar, y creo que en la lengua original un libro siempre es mejor porque la vía escritor-lector tiene menos intermediarios. 

De todos modos, el libro no es otro que Obsidian, de Jennifer L. Armentrout. Bueno, en realidad he leído ya toda la saga en inglés, pero os hablaré del primero. Si os gusta, sabed que tenéis cuatro libros más, todos recomendables. Los cuatro primeros tomos están en español (el quinto también lo estará, pero salió el 5 de agosto de este año, así que supongo que aún falta par que llegue aquí). 

El nivel de inglés requerido para leer la saga Lux no tiene que ser muy alto, pero sí decente. Pensad que es un libro juvenil como el que leeríais en español pero en inglés, así que os podéis hacer una idea del nivel. No es complicado como si estuvieras leyendo novela adulta, pero usa expresiones coloquiales que quizás haya gente que no conozca. 

Obsidian (Jennifer L. Armentrout)

Cuando nos mudamos a Virginia Occidental, justo antes del último curso de instituto, creía que me esperaba una vida aburrida, en la que ni siquiera tendría internet para actualizar mi blog literario. Entonces conocí a mi vecino, Daemon. Alto, guapo, con unos ojos verdes impresionantes… y también insufrible, arrogante y malcriado. Pero eso no es todo. Cuando un desconocido me atacó, Daemon usó sus poderes para salvarme y después me confesó que no es de nuestro planeta. Sí, lo habéis leído bien. Mi vecino es un alienígena sexy e inaguantable. Resulta que, además, él y su hermana tienen una galaxia de enemigos que quieren robar sus poderes. Y, por si fuera poco, ahora mi vida corre peligro por el simple hecho de vivir junto a ellos.

Starting over sucks.
When we moved to West Virginia right before my senior year, I'd pretty much resigned myself to thick accents, dodgy internet access, and a whole lot of boring... until I spotted my hot neighbor, with his looming height and eerie green eyes. Things were looking up.
And then he opened his mouth.
Daemon is infuriating. Arrogant. Stab-worthy. We do not get along. At all. But when a stranger attacks me and Daemon literally freezes time with a wave of his hand, well, something... unexpected happens.
The hot alien living next door marks me.
You heard me. Alien. Turns out Daemon and his sister have a galaxy of enemies wanting to steal their abilities, and Daemon's touch has me lit up like the Vegas Strip. The only way I'm getting out of this alive is by sticking close to Daemon until my alien mojo fades.
If I don't kill him first, that is.

Esta novela me ha encantado. Su historia quizás tiene algún que otro estereotipo, pero también tiene a Daemon Black, quizás el tío más sexy de la literatura juvenil. Ésto junto con una protagonista bloggera, la fantasía (bastante original) y el romance que es más bien tensión sexual no resuelta, da  como resultado un libro muy ameno y pegadizo.

Mi próxima reseña, que haré en breve, será de esta novela, así que pronto sabréis mis impresiones sobre el libro más... extensas.

¡Hasta otra, biblioviajeros!