Título: Nacidos de la bruma #1: El imperio final
Título original: Mistborn #1: The Final Empire
Autor(a): Brandon Sanderson
Nacionalidad: Estadounidense
Editorial: NOVA
Fecha de publicación: 2006
Saga: Dos trilogías y otros libros adicionales
Páginas: 672
Género: Fantasía, distopía
Durante mil años han caído cenizas del cielo. Durante mil años nada
ha florecido. Durante mil años los skaa han sido esclavizados y viven
en la miseria, sumidos en un miedo inevitable. Durante mil años el Lord
Legislador ha reinado con poder absoluto, dominando gracias al terror,
a sus poderes y a su inmortalidad, ayudado por «obligadores» e
«inquisidores», junto a la poderosa magia de la alomancia.
Pero
los nobles a menudo han tenido trato sexual con jóvenes skaa y, aunque
la ley lo prohíbe, algunos de sus bastardos han sobrevivido y heredado
los poderes alománticos: son los «nacidos de la bruma» (mistborn).
Ahora,
Kelsier, el «superviviente», el único que ha logrado huir de los Pozos
de Hathsin, ha encontrado a Vin, una pobre chica skaa con mucha
suerte... Tal vez los dos, con el mejor equipo criminal jamás reunido,
unidos a la rebelión que los skaa intentan desde hace mil años, logren
cambiar el mundo y acabar con la atroz mano de hierro del Lord
Legislador.
Pero, ¿qué pasa si el héroe de la profecía falla?
Desde
2006, y en solo diez años, Brandon Sanderson se ha consolidado como el
gran renovador de la fantasía del siglo XXI y el autor del género más
prolífico del mundo. Ha logrado ganarse a ocho millones de lectores,
ser publicado en treinta países y convertirse en el heredero de todo un
género.
Opinión personal (sin spoilers)
A finales del curso pasado, después del periodo de exámenes, mi cabeza ya no daba para mucho. Necesitaba una lectura amena y que no necesitara de una reflexión intensa pero no quería contentarme con cualquier ficción fácil, de esas que se publican cada año a patadas. Muchos amigos me habían recomendado a Brandon Sanderson, de quien en ese momento solo había leído Steelheart, una novela con un aire un poco más juvenil que me había gustado bastante. Decían que sería de mi agrado si había disfrutado leyendo a Patrick Rothfuss. No se equivocaban.
La saga de Nacidos de la bruma cuenta, actualmente, con dos trilogías y un par de libros adicionales. Me parece que el autor se plantea escribir una trilogía más, y quien sabe si incluso saldrán más publicaciones en el futuro. Yo solo he leído la primera de ellas, que comprende los títulos El imperio final, El pozo de la ascensión y El héroe de las eras, que es la que reseño en esta entrada. Tengo buenas referencias de la saga posterior, pero no puedo hablar de ella por mí misma.
Represento aquello que nunca has podido matar, no importa cuánto lo hayas intentado. Yo soy la esperanza.
Ahora bien, la primera saga es espectacular. El mundo que crea Sanderson es apasionante. La magia que se inventa es muy original. La trama es intrincada, bien pensada y ligada. Los personajes están bien perfilados, maduran, fallan. Son reales. No hay héroes perfectos. La protagonista es carismática y poderosa. El desarrollo a lo largo de la trilogía es impecable: el autor consigue sorprenderte, y la historia, al contrario que en otros libros de su género, no es predecible. Los tres libros son distintos, algunos son más distópicos y otros más políticos, depende del modo en que sirven a la historia. Combinan acción, fantasía, drama e incluso algo de romance, aunque no es central. Es imposible aburrirse con ellos. Lo más destacable, en mi opinión, es que nada se deja sin explicar. No hay magia por magia, no se requiere fe: incluso los orígenes de lo fantástico se exploran. Infinitud de capítulos terminan en clímax, cuesta dejar de leer en muchísimas ocasiones. Es una trilogía que se te pega a las manos y no te puedes sacar de la cabeza. Hacía tiempo que no sentía una necesidad tan visceral de saber cómo continúa una historia.
El párrafo anterior se asemeja a los disparos de una ametralladora. Pero no lo voy a cambiar. Me parece que leer este libro se siente bastante como eso.
Burócrata, político, soldado... Hay algo más que necesita todo reino. Un buen asesino.
La estética literaria no es el fuerte de la trilogía, pero no tiene que serlo. Sanderson no escribe con un objetivo estético sino práctico. Él quiere contar una historia que atrape al lector y lo consigue. Su pluma es clara, fluida y no se detiene más de lo necesario en detalles y descripciones. No diría que el libro es juvenil, pero el lenguaje es muy limpio. Creo que el autor es mormón y por eso, a pesar de que sí aparecen imágenes violentas, no hay explícitamente ninguna escena sexual. Asimismo, son buenas novelas para leer en inglés. Al principio es fácil confundirse un poco, pero no por el léxico, sino por la terminología propia de la magia, a la cual te acostumbras a lo largo del primer tomo.
La fuerza es una parte importante de una pelea, pero no la única. Si
siempre golpeas con todas tus fuerzas te cansarás más rápido y le darás a
tu oponente información sobre tus limitaciones. Un hombre listo golpea
más fuerte al final de una batalla, cuando su oponente está más débil.
Y, en una batalla prolongada, como una guerra, el soldado listo es el
que sobrevive más tiempo. Será el hombre que sepa controlarse.
En definitiva, si buscáis un buen libro de fantasía épica o sencillamente queréis una lectura de esas que no puedes dejar, os recomiendo ésta fervientemente. Las tres entregas son igualmente buenas, ninguna de ellas baja el nivel. Estoy segura de que voy a leer algo más del autor, o bien la segunda trilogía de esta saga o bien la de El archivo de las tormentas, de la que también he escuchado maravillas. Además se ve que muchas de las distintas sagas del autor forman parte de un universo único, llamado Cosmere. En fin, os voy a mantener informados.
De momento, con estas tres novelas ya tenéis para rato. O quizá no: tanto yo como mi hermano las devoramos increíblemente rápido.
¡Hasta otra, biblioviajeros!