jueves, 18 de agosto de 2016

Reseña literaria: Un viejo que leía novelas de amor

Ficha bibliográfica



Título: Un viejo que leía novelas de amor
Autor(a): Luis Sepúlveda
Nacionalidad: Chilena
Editorial: Tusquets Editores
Fecha de publicación: Febrero de 1993
Saga: No
Páginas: 144
Género: Novela







Sinopsis de la editorial

Antonio José Bolívar Proaño vive en El Idilio, un pueblo remoto en la región amazónica de los indios shuar (mal llamados jíbaros), y con ellos aprendió a conocer la Selva y sus leyes, a respetar a los animales y los indígenas que la pueblan, pero también a cazar el temible tigrillo como ningún blanco jamás pudo hacerlo. Un buen día decidió leer con pasión las novelas de amor -«del verdadero, del que hace sufrir»- que dos veces al año le lleva el dentista Rubicundo Loachamín para distraer las solitarias noches ecuatoriales de su incipiente vejez. En ellas intenta alejarse un poco de la fanfarrona estupidez de esos codiciosos forasteros que creen dominar la Selva porque van armados hasta los dientes pero que no saben cómo enfrentarse a una fiera enloquecida porque le han matado las crías. Descritas en un lenguaje cristalino, escueto y preciso, las aventuras y las emociones del viejo Bolívar Proaño difícilmente abandonarán nuestra memoria.

Opinión personal (sin spoilers)

Leí este libro porque me lo recomendó mi padre. Ya se sabe: si papá o mamá recomiendan algo, toca leerlo. Siempre aciertan. Después, al verlo y descubrir que es una novela bastante corta, me decidí. Lo bueno, si breve, dos veces bueno (y que conste que no digo que las novelas gruesas no valgan la pena, en absoluto; decir eso sería un sacrilegio).
Y breve sí que fue, pues terminé el libro en una sola noche.

"El aire se notaba cada vez más caliente y espeso. Pegajoso, se adhería a la piel como una molesta película, y traía desde la selva el silencio previo a la tormenta. De un momento a otro se abrirían las esclusas del cielo".

Un viejo que leía novelas de amor es, por encima de todo, una novela de amor a la Selva. En ella existe esa dualidad del "mundo nuevo", dominado por el hombre blanco, y el mundo más tradicional, un mundo algo primitivo pero también misterioso y mágico. La novela critica la explotación de la Selva por parte del hombre blanco, la cual es egoísta, cruel, caótica y sin miramientos por las costumbres autóctonas. Todo ello se ve reflejado en el desprecio que siente el protagonista por personajes como el alcalde, así como en su relación con los nativos, los shuar, con quienes convivió en su juventud y quienes le enseñaron a respetar a la naturaleza y a los animales. La delicadeza con la que el protagonista, Antonio José Bolívar Proaño, habla del entorno en el que vive solo puede considerarse veneración. Y todo ello se comprueba a lo largo de la novela, cuyo argumento, como podéis ver un poco más arriba, se desarrolla alrededor de la caza de un tigrillo.

"Leía lentamente, juntando las sílabas, murmurándolas a media voz como si las paladeara, y al tener dominada la palabra entera la repetía de un viaje. Luego hacía lo mismo con la frase completa, y de esa manera se apropiaba de los sentimientos e ideas plasmados en la páginas. Cuando un pasaje le agradaba especialmente lo repetía muchas veces, todas las que estimara necesarias para descubrir cuán hermoso podía ser también el lenguaje humano".

Otro tema clave del libro es el de la lectura. La emoción con la que el protagonista nos habla de sus libros es contagiosa. Apenas sabe leer, pero saborea sus novelas como quien paladea el mejor vino. Pero las novelas tienen que ser de amor, ¿eh? Faltaría más. Como dice Antonio José Bolívar, "del verdadero, del que hace sufrir". Sin lugar a dudas este libro es también, de algún modo, una oda a la lectura.

"- Mira. Con todo el lío del muerto casi lo olvido. Te traje dos libros.
Al viejo se le encendieron los ojos.
- ¿De amor?
El dentista asintió.
Antonio José Bolívar Proaño leía novelas de amor, y en cada uno de sus viajes el dentista le proveía de lectura.
- ¿Son tristes? -preguntaba el viejo.
- Para llorar a mares -aseguraba el dentista.
- ¿Con gentes que se aman de veras?
- Como nadie ha amado jamás.
- ¿Sufren mucho?
- Casi no pude soportarlo -respondía el dentista".

Es difícil esconder la sonrisa al leer este libro, acompañado de un protagonista tan entrañable, por su pasión, su ternura, sus fuertes convicciones y su sensibilidad. Es corto, con lo que no se hace pesado en ningún momento, a pesar de que la historia en sí es más que sencilla. Sobretodo gracias a la pluma del autor, que es exquisita. Adoro cómo describe los entornos y los pensamientos del protagonista. Recuerdo que, al terminar, casi me pareció oler las flores y sentir el rocío entre mis dedos al pasar las páginas. Una maravilla.


Por cierto, Rolf de Heer llevó la historia al cine con una adaptación titulada El viejo que leía novelas de amor en 2001. No la he visto, pero os dejo el trailer por si os interesa, como siempre.


¡Hasta la próxima, biblioviajeros!

5 comentarios:

  1. ¡Hola!

    La verdad que no conocía este libro, pero me lo apunto por si algún día quiero leer algo rápido. Me alegro mucho de que lo hayas disfrutado ^^.

    ¡Un besito!

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  2. ¡Hola Kim! :)
    Después de leer tu reseña, me lo apunto sin duda :)
    Besos.

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  3. Sembla molt dolç, m'agrada! L'hauré de tenir en compte, doncs.

    Una abraçadeta!

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